jueves, 3 de noviembre de 2011

Historia de Spinoza

Spinoza fue dos veces objeto  de una maldición: la primera mientras vivía, y la segunda luego de su muerte.
Él era un judío de origen portugués que había nacido en Amsterdam en el año 1632.
Debió salir de la Península Ibérica por persecuciones religiosas, pero con el paso del tiempo, junto al grupo de los escapados de la hoguera se han convertido en una comunidad próspera que manejaba buena parte de los negocios de la ciudad.
Su padre era muy importante en la comunidad ya que se destacaba como la máxima autoridad judía de la ciudad.
Entre los 6 y 22 años perdió a su madre, a sus dos hemanos, a su madrastra y a su padre.
Con un hermano que le quedaba fundó una sociedad comercial que se dedicó a la importación y exportación de frutas. Siempre visitaba la siagoga, pagaba sus limosnas y asombraba a la colectividad por saber de memoria todo el texto en hebreo del Antiguo Testamento. Tan sólo tenía poco más de veinte años y era un hombre admirable.
Sin embargo, terminó sus últimos días aborrecido, aislado y definitivamente exiliado del mundo, víctima de una maldición terrible que lo persiguió hasta su tumba.
Su religiosidad siguió un camino que lo enfrentó a lo que eran  las creencias comunes, y en aquella época eso no se perdonaba.
Su problema no fue que no conocía bien la Biblia, sino que la conocia DEMASIADO bien. Él no sólo tenía ojos de creyente, sino que también estaban en él los ojos de un verdadero científico.
Analizó la Biblia como nadie, dando a conocer sus contradicciones, atacó varias interpretaciones, etc., lo que era un suficiente motivo de escándalo.
Spinoza había empezado a perder su punto de vista del creyente, como también, las ganas de volver a él. Veía insostenible la fe en los milagros porque iban en contra de las leyes naturales.
Las autoridades de la comunidad judía querían evitar tener un conflicto abierto con Spinoza por miedo q
ue se genere una discusión pública con resultados catastróficos y más teniendo en cuenta que era el hijo del antiguo Mahamad de la comunidad. Por ello, lo invitaron a discutir en privado. Sorprendentemente, con sus firmes fundamentos el debate lo fortalecía cada vez más.
Quisieron que Baruch aceptara una pensión de mil florines a cambio de que se mantuviera como miembro de la comunidad y se dejara vez, cada tanto, por la sinagoga. No aceptó, y cada vez se vio más firme en su postura.
 Los miembros de la Mahamad decidieron castigar a Spinoza con el  más severo de los castigos: CON LA EXCLUSIÓN DEL MUNDO JUDÍO. Así fue como fue excomulgado y arrojado del seno del pueblo de irrael.
Con apenas 24 años se convirtió en un extranjero absoluto sospechoso para todos y ajeno a toda solidaridad. Ese día cayó  la maldición en él. A los ojos de los judíos Spinoza estaba muerto. Era como un fantasma, nadie lo miraba, le hablaba, ni lo saludaba. Él seguía viviendo en la ciudad donde había nacido, pero todo ocurría como si estuviera muerto.

Vivió el resto de su vida como pulidor de cristales, mientras meditaba en silencio durante horas. El polvo del cristal le hería los pulmones, lo que agravó una enfermedad que arrastraba desde niño.
El laberinto con el que soñaba Spinoza, que figura en el poema que Borges le dedico y publicamos en la entrada anterior, tomó forma de un libro que nunca se animó a publicar y una producción increíble para lo que es la historia de la filosofía.
Trato de hablar de Dios y de la libertad del mismo modo en que los geómetras hablan de ángulos y rectas. Siempre buscó definiciones y postulados que demuestre lo que decía.
Spinoza se dedicó a destruir la idea de la libertad. Para él no existía, habían leyes que cumplir. Para él solamente Dios es libre porque es causa de sí mismo.
Habla de Dios de una manera diferente a cómo lo hacen las religiones. Para él era ´Dios o
la naturaleza', ambas expresiones son intercambiables. Es un Dios que no crea ni legisla, que está más allá del bien y del mal.
"Somos esclavos de la naturaleza  y lo que se llama religión es en realidad pura suspertición. La libertad consiste en la más radical aceptación de nuestra absoluta falta de libertad".

Finalmente murió sólo y jóven a los 44 años por la enfermedad de sus pulmones. En el mismo momento donde se enfríaba su cuerpo muerto caía una segunda maldición sobre él. Un predicador protestante escribió un texto agraviante sobre su lápida y una de sus frases era "judío renegado que luchó contra Dios con salvajismo".

Luego de su desaparición el estado holandés prohibió la impresión y venta de sus obras.
Para algunos la filosofía de Sínoza demostraba que siempre había habido vínculos entre el judaísmo y el mundo moderno. Otros creían que ponía en cuestión al judaísmo tradicional.

Hoy en día, en el museo de Amsterdam dedicado a la vida judía, no hay rastros de su paso por el mundo. Pero lo que hay que destacar es que los ateos siempre lo vieron como uno de los suyos y lo defendían con entuciasmo...

Retomando una de las principales temáticas del blog, podemos decir que Spinoza murió por una enfermedad, pero que VIVIÓ POR SU IDEAL HASTA LA MUERTE.

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