jueves, 6 de octubre de 2011

Robo de bebés

Luego del relato de la clase pasada acerca del robo sistemático de bebés durante la dictadura militar, fue un tema que quedó latente en nuestras cabezas, por ello, al leer y oir una noticia que durante el día estuvo en boca de muchos, acerca del robo de una beba en Chacabuco, la decidimos compartir con ustedes.
Por un lado, cabe destacar que nada se compara con lo que pasó durante la dictadura militar. Pero, más allá de mayor o menor violencia, el robo de bebés, el robo de la identidad de una persona, es algo que HOY se sigue dando.
Acá tenemos el ejemplo de Pía, que recién nacida fue robada de los brazos de su madre por una mujer disfrazada de enfermera. Felizmente, la encontraron y volvió con su mamá, y a diferencia de tantas personas que perdieron su identidad o la recuperaron luego de tanto tiempo, Pía el día de mañana sabrá quién es y de dónde viene.
No sabemos cuál era el fin de aquella persona que la robo, tal vez venderla. Pero ya en su segundo día de vida, esta persona intentó quitarle su identidad, pero no lo logró. Sólo lo hicieron por unas horas al vestirla con ropa de niño, pero por suerte, detrás de esos trapitos celestes, lograron recuperarla.

http://www.clarin.com/sociedad/stylecolorBF1424La-Pia-felizibrRobaron-hospital-recuperaron_0_567543421.html

CLARÍN
La odisea de Pía tuvo final feliz
Robaron una beba de un hospital, pero a las seis horas la recuperaron
06/10/11 - 01:50
Nació anteayer en Chacabuco. Se la llevó una falsa enfermera. Hay cinco detenidos.

Por Candelaria Schamun - Gisele Sousa Dias
La mujer entró a la habitación vestida con un ambo bordó, como el que usan las enfermeras. En una de las dos camas, Lucía abrazaba a Pía, su beba de 18 horas de vida. La mujer preguntó si ya había tomado la teta, le pidió a la mamá que le pusiera el gorrito, la envolvió en una manta blanca y dijo que la tenía que llevar a neonatología para hacerle los controles de rutina. Lucía se la entregó pero algo la hizo dudar: la mujer –enfermera, supuestamente, del área más delicada de una maternidad– tenía un olor a cigarrillo insoportable. Enseguida llegó la abuela de Pía. Y cuando le dijeron que a su nieta la habían llevado a neo se descolocó: Pía no tenía problemas de salud. Caminó hasta la sala con una pregunta y volvieron dos: “¿Qué enfermera?”, “¿Qué beba?”. La Policía la buscó durante más de seis horas, guiada por testimonios y las dos fotos que el padre le había sacado al nacer. A la tarde, la encontraron.
El jueves, por problemas de presión, Lucía Graduazzo, de 26 años, quedó internada en el Hospital Municipal Nuestra Señora del Carmen, en Chacabuco (a 200 kilómetros de la Capital). Pía nació el martes, por parto normal y pesó 2,900 kg. En la puerta de la habitación colgaron un cartelito rosado que decía “bienvenida”. Eso creen, pudo haber sido el anzuelo.
A Pía se la llevaron ayer “entre las 11.40 y las 12 del mediodía”, contó a Clarín Irma, la abuela materna. Lo sabe con precisión porque fueron los únicos 20 minutos en que dejó a Lucía sola y salió con su yerno. “Como si la mujer nos hubiera estado vigilando”, especuló. Ella, se acordó cuando se la describieron, la había visto sentada desde las 9 de la mañana frente a la sala de neonatología. Sola.
Otras dos personas la habían visto: la madre de la beba y una desconocida que acunaba a su bebé en la cama de al lado. Juntas hicieron un identikit. La Policía cerró todos los accesos a la ciudad y dispuso un operativo de control de autos y micros. Varios policías se instalaron en el hospital. Al mismo tiempo, el director, Mario Villanueva, salió a hablar con los medios: “Llevo 30 años trabajando en este hospital y nunca había pasado algo así. Robaron a la nena y se fueron caminando por la puerta principal”. Repetía que adentro de un hospital de pueblo los controles no son demasiado rigurosos, que no tienen personal de seguridad y que la única cámara que podría haberlo registrado era la de la puerta del hospital.
Con los datos que aportó un testigo –alguien que la vio merodear durante toda la mañana por los pasillos del hospital–, la Policía salió a hacer allanamientos. Pasadas las 6 de la tarde, la encontraron en una zona rural de la ciudad y la llevaron al hospital para que Lucía, que estaba siendo atendida por un equipo de psicólogos, la reconociera. Era Pía, aunque le habían cambiado la ropa a pintitas rojas por un conjuntito de varón.
“Cuando ingresamos a la casa de esta mujer estaba limpiando muy tranquila y la beba estaba en el moisés. No lloraba”, dijo a este diario Sergio Gil, jefe de la Departamental. Según él, anoche, cinco personas quedaron detenidas: la mujer, de unos 33 años, su concubino, y otras tres personas que habrían participado de la logística. Serían tres “amigos que hacía tiempo no veía” a quienes les pidió que fueran a buscarla “con su hijo recién nacido” al hospital.
“Fue horrible, no quería ni pensar lo que podía llegar a pasar si no aparecía”, decía anoche Andrés Sala, el papá de Pía, 20 años, empleado de una empresa de harinas. A la beba, dijo, no le habían dado de comer. Por eso, mientras él agradecía al mundo, su hija, ahora con un día de vida cumplido, seguía prendida a la teta de su mamá.


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